Anuncia transformaciones y cambios inesperados. También pronostica finales y nuevos puntos de partida. En este sentido, es a menudo una buena carta. Sin embargo, dependiendo de la posición del naipe en la tirada y de las cartas que lo rodean, puede poner de manifiesto la posibilidad de un tratamiento por enfermedad, un accidente o pérdida de algo.
Puede interpretarse: Despedida. Final de una etapa. Con Los Enamorados, divorcio. Con La Fuerza, transformación positiva.
Invertida: Señala que los cambios se harán muy lentamente o, quizá, sólo parcialmente. Indica también enfermedades leves.