Este mensaje se siente. Es un mágico pulsar. Viene a movilizar tus fibras más sensibles. Esta es la frecuencia
inmaculada que ilumina el santo grial de tu memoria cósmica. Su sabia luz lleva a que tus células rememoren el
eterno espacio sin fronteras que sólo se vivencia vibrando en el amor. Todo está entrelazado. No existe
separación, excepto en el atrapante juego de la ilusión que nos manifestó separados. Despierta. Sintiendo, somos
Uno.
Sólo Uno.
Juguemos otro juego. La vibración de estas palabras te recuerda que lo que tus células experimentan es lo que
siente el Universo. Todo se mueve en una sutil y eterna danza espiralada.
Así como las células forman tu cuerpo,esta es una célula de la Madre Tierra. La Tierra, el Sol, los planetas y
las estrellas son las células de nuestra galaxia (VíaLáctea), y las galaxias son las gigantes células del
Universo. Al ser todo Uno, siempre hay algo mayor que sustenta, contiene y pulsa dentro de cada corazón.
Así como el agua juega a ser copos de nieve o hermosas nubes,dentro de las hojas está el Sol jugando a ser de
color verde. Ante los ojos del alma, la vida se presenta como un deslumbrante juego donde todo se entrecruza.
Mires por dónde mires, sólo verás Unidad. Contemplarás un majestuoso despliegue de incontenible energía que
cambia de estado y fluye constantemente. Hay ciclos dentro de ciclos. El vacío está lleno.Somos como los peces
que no advierten el agua.
Vivimos en un mar de abundancia, pero aceptamos jugar a que lo que abunda es la escasez.
En cada latido, en cada respiración, el Universo se expande y se contrae, elevando y trayendo de regreso las
pulsaciones. Sentimientos, pensamientos y palabras viajan desde las flores hacia las estrellas, regresando para
que experimentemos la frecuencia del caos o la armonía con que fueron emanadas. No hay separación. Todo es Uno.
En el juego de la ilusión, se necesita que el corazón permanezca bien cerrado, de lo contrario no hay manera de
sentirnos fragmentados. Despierta. Juguemos otro juego. Un juego que no excluya y tampoco nos lastime. Juguemos
a celebrar. Juguemos a sanar. Despertando rememoramos que la energía femenina y la energía masculina son formas
complementarias de vibrar, que desarrollan en el amor su equilibrio alquímico perfecto. ¿Acaso ya no estás muy
cansado de este juego tan violento que llamamos "realidad"? Recuerda. Libera la gloriosa esencia de tu memoria
cósmica y juguemos otro juego.
Julio Andrés Pagano