Pone en relieve el poder de los rituales y ceremonias, la piedad y la importancia del perdón. A menudo representa a un líder religioso o espiritual, un maestro o guía.
Puede interpretarse: Evolución favorable de un asunto. Revelación espiritual, sabios consejos. Con la Luna necesidad de reflexión.
Invertida: Vulnerabilidad, tendencia a ser ingenuo o demasiado generoso con quien no se lo merece.